Los datos de la nave 'Cassini' muestran en el satélite de Saturno una emisión de energía interna que los científicos no saben explicar
Imagen del satélite Encélado tomada por la nave Cassini |
La zona Sur de Encédalo, una de las lunas de Saturno, concentra peculiaridades suficientes como para llamar especialmente la atención de los científicos. Se las llama las rayas de tigre y pro ellas emergen constantemente chorros de partículas de hielo y vapor de agua a temperaturas elevadas debido al calor interno de Encédalo. Un estudio previo, de 2007, había planteado que el calor interno de Encédalo podría generarse por las fuerzas de marea provocadas por la resonancia orbital entre esta luna y otra, Dione, pero no sería superior a 1,1 gigavatios.
El calor de la radiactividad natural del interior de Encédalo podría aportar 0,3 gigavatios más, informa en un comunicado el Jet Populsion Laboratory (JPL), responsable de la misión Cassini.
Una posible explicación del alto nivel de calor observado es que la relación orbital de Encédalo con Saturno y con Dione cambia con el tiempo, explica el JPL. Así habría fases de mayor y menor intensidad del calor inducido por las fuerzas de marea y la Cassini habría tenido la suerte de presenciar una de las fases de mayor actividad.
El mayor flujo de calor mayor de lo previsto ahora medido confiere más fuerza a la hipótesis de la existencia de un océano bajo la superficie de Encédalo, dice Howett. La presencia de un océano bajo la superficie de Encédalo, o quizás un mar polar entre la capa helada superficial y el interior rocoso incrementaría el efecto del calentamiento inducido por las fuerzas de marea al permitir una mayor distorsión de la capa helada, concluyen los expertos de JPL.
Subida por: Imanol
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