domingo, 3 de abril de 2011

La genética personal topa con la patente

Diez años después de la secuenciación del genoma humano, el 20% de los genes está registrado - Los expertos alertan del peligro de entorpecer la medicina personalizada

En la mayoría de las enfermedades intervienen muchos genes a la vez, y es ahora, una década después de la secuenciación del genoma humano, cuando los investigadores empiezan a poder entender, en algunos casos, cómo funciona este concierto genético. Pero en el horizonte se vislumbran problemas. Alrededor de un 20% de los genes humanos están patentados. ¿Entorpecerán las patentes el desarrollo de la medicina personalizada, basada en pruebas diagnósticas que buscan no uno, sino muchos genes? Sentencias recientes han reabierto el debate. Mientras, sociedades científicas y la Administración estadounidense piden que las patentes se adapten a los nuevos tiempos.
Es cierto que los test genéticos para diagnosticar e incluso tratar cánceres se usan cada vez más. Ahora las técnicas de secuenciación leen millones de letras del genoma al día. "Dentro de poco se habrán secuenciado decenas de miles de genomas humanos", escribía Peter Donnelly, Director del Wellcome Trust Centre for Human Genetics (Oxford, Reino Unido), en el especial con que Science celebra el décimo cumpleaños del genoma humano.
Pero muchos creen que las patentes de genes pueden ser un obstáculo para la medicina a medida. Entre los miles de genes patentados están alrededor de la mitad de los que se sabe que están implicados en tumores, y también muchos relacionados con otras enfermedades. En 2005, un estudio en Science contabilizaba 4.382 genes humanos bajo patente, de los 23.688 conocidos entonces en el genoma humano. La cuestión es: ¿se lanzarán las compañías al desarrollo de kits genéticos con múltiples genes si para ello deben hacer frente a una maraña de licencias?
La cuestión de las patentes de genes es una vieja herida sin cerrar. Se intentaron patentar cientos de secuencias genéticas, incluso sin saber su función.Y muchos protestaron con argumentos éticos: ¿es patentable algo que forma parte del organismo? ¿Puede un gen ser de alguien?
Tanto EE UU como Europa respondieron sí, con una condición. Los genes humanos aislados fuera del organismo- sí son patentables, pero se debe conocer su función.
Esta condición, recogida en la directiva sobre patentes biotecnológicas de 1998 y las directrices de 2001 de la Oficina de Patentes de EEUU, hizo que disminuyeran las solicitudes. También la publicación del genoma humano -si la secuencia ya es conocida se incumple el requisito de novedad exigido en las patentes-. El problema ahora es que, a diez años vista, no está claro que las patentes hayan logrado su objetivo.
El pasado año el Departamento de Salud estadounidense publicó un informe que analizaba específicamente el efecto de las patentes de genes en el desarrollo de pruebas diagnósticas. Su conclusión es que los test genéticos no patentados, o comercializados bajo licencias no exclusivas, están mucho más difundidos que los test derivados de licencias exclusivas.
El test de los genes BRCA1 y 2, por el contrario, es un monopolio derivado de una licencia otorgada en exclusiva por Myriad Genetics. Tras el informe de 2010, el Departamento de Salud de EE UU ha recomendado que las patentes de genes no se apliquen en el diagnóstico -tampoco en la investigación, pero esto ya era así-.
En este panorama, han vuelto a renacer las dudas éticas sobre la patentabilidad de los genes humanos. Hace un año, un juez de Nueva York invalidó las patentes de Myriad Genetics sobre BRCA1 y 2. En la sentencia, solo aplicable en una parte del estado de Nueva York, se considera a los genes "productos de la naturaleza" y por tanto no patentables.
El test genético que Myriad comercializa de forma exclusiva en EE UU cuesta más de 2.000 euros. El grupo de pacientes, investigadores y médicos que interpuso la demanda en Nueva York afirmaba que la patente obstaculizaba la investigación y los tratamientos.
En Europa, ya en 2005, una coalición formada por instituciones médicas y de investigación, Greenpeace e incluso Holanda y Austria se opusieron a las patentes de BRCA1 y BRCA2 y lograron que la Oficina Europea de Patentes las denegara o redujera considerablemente el ámbito de protección.
Subida por: Imanol

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