Diversos proyectos apuestan por el diseño ecológico de material desechable. Empresas de diseño ofrecen alternativas ecológicas a los derivados del petróleo
Desde que, en 1909, el químico estadounidense de origen belga Leo Hendrik Baekeland obtuvo el primer polímero sintético, la baquelita, vivimos envueltos en un mundo que depende del plástico, uno de los materiales más dañinos para el medio ambiente.
En el planeta se producen más de 100 millones de toneladas de plástico al año, de las que un 10% acaba en el mar. Un altísimo coste natural, según Eben Bayer y Gavin McIntyre, fundadores de Ecovative, una empresa neoyorquina especializada en diseño ecológico. "Nosotros no fabricamos materiales, los cultivamos", explica Bayer.
Su compañía ha creado un plástico natural y biodegradable, el EcoCradle, a partir de las fibras de los hongos, los micelios, mezcladas con desechos de plantas de procesamiento de algodón. "Queremos sustituir el plástico en todos aquellos productos en los que no tiene sentido su uso, desde ordenadores a televisores", afirman. Es insostenible", asegura Bayer, quien presume de haber diseñado el primer plástico "vivo".
El plástico a base de hongos ideado por estos exalumnos del Instituto Politécnico Rensselaer (EEUU) es altamente biodegradable y se reintegra en el ecosistema en un plazo de entre tres meses y un año.
Premiada en Davos
El pasado enero, Ecovative fue una de las compañías más premiadas durante la celebración del Foro Económico Mundial en Davos. Poco después, firmó un acuerdo con el gigante de la informática Dell para convertir en sostenible el embalaje de sus ordenadores. Además, hace sólo unos días, la compañía automovilística Ford anunció que utilizará en sus vehículos el otro gran producto de Ecovative, el Greensulate, un aislante de fibras de hongos que es más barato, ecológico y ligero que las espumas tradicionales, además de ignífugo. Ford sustituirá más de 15 kilos de material aislante de derivados del petróleo por esta solución alternativa.La industria automovilística también podría sufrir un cambio radical si un grupo de científicos brasileños con base en EEUU culmina con éxito el desarrollo de fibras de nanocelulosa a partir de limones, piñas y plátanos. Este compuesto frutal reciclable, similar al plástico y tan duro como el Kevlar, podría usarse para diseñar piezas de vehículos.
Según el director del proyecto, Alcides Leao, la nanocelulosa es hasta un 30% más ligera que los laminados de plástico que actualmente se utilizan y con apenas un kilo de compuesto se pueden obtener hasta 100 de fibras de plástico ecológicas.
Leao y Ecovative no son los únicos que están tratando de buscar alternativas más sostenibles a los plásticos. YiqiYang, profesor de Bioingeniería de
Para Yang, "las plumas son actualmente un desecho, pero tienen grandes propiedades que podrían convertirlas en una alternativa económica y sostenible a los materiales sintéticos".
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